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Feliz 2020

mileniArts Books • ene 01, 2020

Primer regalo 2020, Capitulo 6 de La piel de Todos. Ponce de León y la fuente de la eterna juventud 

Desde mileniArts Books queremos desearos a tod@s un #Feliz2020. 
Nuestro objetivo es publicar a lo largo de los próximos 12 meses 20 nuevos títulos . A partir del próximo febrero 2 novedades al mes para lectores de 2 a 99 años. No os damos más pistas porque queremos sorprenderos ;) y que sigáis visitando librerías físicas y virtuales en busca de nuestros libros. Estamos seguros de que harán felices a muchas personas ya que un libro no es solo lectura, es un también una poderosa herramienta mágica cargada de estimuladores neuronales capaces de activar emociones, sensaciones y sentimientos. 
Además cada día del 2020 esperamos poder obsequiar a nuestros seguidores con fragmentos de nuestros libros. Estar atentos. 
Felíz primer día amig@os

#feliz2020 #libros #propositos #lecturas 

Aquí nuestra primera #lecturadiaria 

Un fragmento de ·La piel de todos" de Óscar Uceda . Capitulo 6 dedicado a Ponce de León 

Ponce de León. Las fuentes de la eterna juventud

Uno de los mitos más extendidos sobre la exploración y conquista de América fue la búsqueda por parte de los españoles y en especial de Ponce de León de las Fuentes de la Eterna Juventud.
La leyenda de unas fuentes cuya agua rejuvenecía a quien se bañase en ella surge por primera vez en la historia en el tercer libro de Historias de Heródoto, en el siglo IV antes de Cristo. En España fueron muy populares las "Novelas de Alejandro", una serie de historias orientales en las que Alejandro Magno y su sirviente fueron a la búsqueda de una fuente cuyas aguas daban la vida eterna.
Este lugar mítico también aparece en "El libro de las maravillas" de Juan de Mandeville, un caballero inglés imaginario que recorrió el mundo durante décadas en busca de aventuras.
En definitiva, las historias de unas aguas curativas que podían rejuvenecer eran ampliamente conocidas por los exploradores españoles de principios del siglo XVI por lo que no es de extrañar que al encontrar el Nuevo Mundo algunos creyeran que podrían hallarse allí.
Ciertamente, Coronado se adentró en América del Norte con la misión de encontrar las Siete ciudades de Cíbola, Mendaña se adentró en el Pacífico con su esposa Isabel de Barreto a la búsqueda de las minas del rey Salomón y Colón creyó haber llegado a la isla de Antilia cuando decidió bautizar aquellas islas como Las Antillas. Pero la búsqueda del mito más famosa, la de Ponce de León y su incansable búsqueda de las Fuentes de la Vida en la Florida tiene pocos visos de ser real. 
Juan Ponce de León nació en Santervás de Campos (Valladolid) el 8 de abril de 1460. Provenía de una rama bastarda de la casa real leonesa. Su linaje le permitió servir como paje en la corte aragonesa de Juan II sirviendo a su hijo Fernando, futuro rey Católico.
Participó activamente en la guerra de Granada hasta que cayó en manos cristianas el 2 de enero de 1492 entrando triunfalmente en la ciudad junto con los reyes Isabel y Fernando. Allí coincidió con Cristóbal Colón que unos meses después descubriría el continente americano.
Ávido de aventura, un militar de noble cuna como él, solo podía aspirar a continuar el ejercicio de las armas en Italia o lanzarse a lo desconocido y cruzar el Océano hacia las tierras recién descubiertas y Ponce de León optó por lo segundo convirtiéndose en uno de los exploradores de primera hornada. 
No queda claro si embarcó con Colón en su segundo viaje en 1493 o bien llegó a las Américas con la expedición de Nicolás de Ovando en 1502, pero sí sabemos con toda certeza que fue gobernador de la provincia de Higüey en la isla de La Española, haciéndose rico gracias al cultivo de la yuca.
Ponce de León se casó con una indígena llamada Leonor, tras su bautizo, con la que tuvo tres hijas y un hijo. 
En 1508 llegó a sus oídos la existencia de una isla muy rica en oro llamada Borinquén, la actual Puerto Rico. Después de obtener los permisos reales y los recursos necesarios, Ponce de León zarpó hacia la nueva isla el 12 de agosto ese año, desembarcando sin resistencia, y llegando a un acuerdo con el cacique de la isla, Agüeybaná. La toma del lugar fue tan rápida e incruenta que el explorador fue nombrado gobernador de esta un año después de su arribada.
Una de la primeras decisiones del nuevo gobernador fue fundar una ciudad que llamó Caparra, siendo rebautizada en 1511 por Fernando II el católico como Puerto Rico. Allí se instalaron colonos y se abrió una fundición de oro.
La estancia de Ponce en Puerto Rico se vio sacudida por dos imprevistos. Por un lado Diego Colón, hijo del descubridor, pleiteó contra él por la posesión del cargo, y por el otro la muerte del Agüeybaná y su sucesión por un cacique más irascible, acabó por levantar en armas a la población indígena contra los españoles.
Aunque la rebelión fue sofocada, nuestro personaje no quería quedarse en la isla como segundo al mando por lo que pidió permiso para encabezar una nueva expedición hacia lo desconocido. Esta vez partiría con tres barcos con la presencia del piloto Alaminos, uno de los veteranos de Colón y posiblemente quien más conocía esas aguas por aquel entonces. 
La expedición zarpó La Habana en 1513 tomando tierra en el continente el 2 de abril, posiblemente cerca de cabo Cañaveral, muy conocido en la actualidad por ser una base de lanzamiento espacial de la NASA. El 8 de abril, ya sea por la exuberancia de las selvas o por encontrar tierra el día de Pascua Florida, decidió llamar aquellas tierras La Florida y reclamar su posesión para el rey de España.
Es allí donde se supone que Ponce de León se adentró en la profundidad de la selva guiado por leyendas indígenas que hablaban de la fuente de la vida eterna, pero es muy probable que sea una historia apócrifa. De hecho, él no menciona dicha búsqueda en sus notas y el asunto de su búsqueda no aparece hasta la publicación en 1575 de la "Memoria de las cosas y costa y indios de la Florida” escrito por Hernando Escalante Fontaneda, un explorador español que fue capturado en 1549 cuando tenía 18 años por los indios de la Florida permaneciendo cautivo 17 años hasta su rescate en 1566.
Escalante deja claro que no cree en la leyenda de un Ponce de León chapoteando en toda charca que encontraba en la Península para ver si era o no era la ansiada fuente, pero la mala interpretación de su versión por cronistas posteriores ha hecho que el mito perviva hasta nuestros días.
Tras el descubrimiento, el vallisoletano regresó a España en 1514 para volver a América un año después. Tras otra infructuosa exploración decidió quedarse en Puerto Rico hasta que las noticias de la conquista de México por Hernán Cortés le animaron a volver a la Florida. 
Allí mandó una expedición con colonos que se estableció cerca del actual Charlotte Harbour hasta que fueron atacados por indios calusa. Esta tribu usaba flechas con puntas envenenadas y una consiguió herir a Ponce de León muriendo de gangrena días más tarde. 
Sus restos se llevaron a La Habana y hoy se conservan en la Catedral de San Juan de Puerto Rico.





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